La calidad higiénica de la leche es mucho más importante ahora que antes, sobre todo desde el momento en que la entrada en vigor de algunas directivas europeas impuso que debían respetarse algunos parámetros higiénico-sanitarios que determinan la venta y el precio del producto. Desde esta perspectiva, producir leche de calidad, además de un deber, se convierte para los criadores en una fuente de mayor ingreso, en base a la diferenciación del precio de la leche que depende de las características químicas y cualitativas. Se convierten por tanto en fundamentales la higiene de la ubre de las vacas lecheras, la limpieza de las salas de ordeño y la salud de los animales de los que se obtiene el beneficio, a través de la prevención de las enfermedades de los pies, una alimentación sana y la cura precoz de la mastitis.